Exilio

Exilio

Una palabra tan simple pero que abarca tanto. Y es que los hay de muchos tipos.

Una puede tener que exiliarse por un situación política difícil en su país y tener que huir ante la amenaza inminente de ser encarcelada, torturada o aniquilada; los hay quienes emigran en busca de la promesa de una vida mejor, arriesgando sus vidas y a sus seres queridos (todo lo que llevan consigo), sin saber que quizás allá donde lleguen la tierra prometida los va a repatriar. Y después hay quienes emigran para no volver jamás. Sin volver a ver a su madre nunca más.

¿Por qué no regresan de visita, al menos? Y bien, los primeros años lo más seguro es que no puedan hacerlo por falta de dinero. Los siguientes, porque el día a día y tener que sacar a su familia adelante no les permite ni siquiera planteárselo. Y así van pasando los años, uno tras otro, hasta que después ya parece ser que volver significaría quedarse allá. O supondría demasiada tristeza ir y tener que volver hacia aquí, volver a partir, volver a despedirse. Demasiado dolor. Ya lo pasaron una vez y lo que sufrieron, ellos lo saben. Quieren protegerse de volver a sentir esa pena profunda, el desarraigo repetido.

Las cartas se esperaban con ansias de tener noticias desde el otro lado del charco. Su llegada era siempre motivo de alegría y de celebración.

Menos cuando eran malas noticias.

¿Habéis tenido alguna vez ese deseo inconmensurable de estar en un lugar y querer estar en otro al mismo tiempo? ¿Querer hacer un cambio de sitio instantáneo?

Si la habéis sentido, sabréis de qué os hablo. Y en caso negativo, de la que os habéis librado. Viene a ser entre desesperación y añoranza, envueltas en una madeja que se te atraganta en la boca del estómago.

Es el querer estar y no poder. El querer abrazar y estar a ocho mil kilómetros de distancia. Desearlo tanto que hasta hueles el aroma del hogar al que no puedes ir.

Y la vida sigue y puedes llegar a ser medianamente feliz, aunque siempre estás aquí y allí. Estás a medias, o a medio vivir. Como lo quieras decir.

Me gustaría mucho que si en algún momento os resuena algo de lo que leéis aquí, os sintáis con la total libertad de comentarlo conmigo abajo en los comentarios. ¡Os animo a ello! Ya que siempre es de agradecer un feedback de experiencias compartidas o parecidas.

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Un abrazo fuerte. Nos leemos por aquí.

Un abrazo.